martes, 25 de octubre de 2011

Jabón casero tradicional


Foto de una compañera haciendo jabón.
La mayoría de nosotras hemos visto en nuestra infancia, como nuestras abuelas o nuestras madres hacían en casa el jabón. Tenemos ese recuerdo como algo que pasaba dos o tres veces al año. Y recordamos también para cuantas cosas se usaba y servía este jabón casero.
Algunas personas eran unas verdaderas expertas que casi nunca contaban sus secretos mejor guardados para que el jabón que ellas hacían tuviera ese perfume tan agradable, esa suavidad o fuera el más blanco de todos los conocidos.

Antes, cuando se lavaba la ropa en el río del pueblo, cualquier detalle que demostrara que la mujer era una experta y que la pudiera permitir "alardear" ante las demás vecinas que con ella lavaban, era todo un honor. Por eso, cuando se conseguía una buena receta para el jabón, para blanquear la ropa, para conseguir quitar las manchas resistentes o cualquier otro truco, no se daban los detalles con facilidad a los demás, sino que se guardaban sigilosamente como algo valioso y único.

Hoy para que lo disfrutemos todas, tres compañeras, Auri, Rosa Mari y Elena, comparten con nosotras la antigua receta de sus abuelas y sus madres, esa que siempre guardaron en secreto porque les permitía tener un jabón estupendo que servia para todo y dejaba la ropa blanquísima y las manos estupendas.
Aquí teneis la receta y el modo en que siempre se ha hecho para que salga perfecto:

  • Necesitamos
  • 3 litros de aceite de oliva(puede ser sucio, del que ya no nos sirve para freir)
  • 3 litros de agua caliente, no es necesario que esté hirviendo.
  • 1/2 kg. de Sosa. Cuidado, provoca quemaduras graves por contacto o salpicadura.
  • 1/2 kg. de polvos de detergente normal. O detergente líquido, del comprado.
  • Esencia líquida del olor que nos apetezca poner. Normalmente se usa espliego.
  • Modo de hacerlo:
  • Poner en un barreño grande y alto, el aceite (si tiene impurezas, mejor colarlo a la vez que lo ponemos) y el agua caliente. Mezclarlo, usando un palo largo, muy bien.
  • Añadir, con mucho cuidado y poco a poco, sin dejar de remover, la sosa. Batirlo todo muy bien hasta que esté totalmente emulsionado, que no quede nada sin mezclar o sin ligar entre sí. No hay que descuidarse en esta parte, es muy importante que ligue perfectamente.
  • Añadir el jabón en polvo o líquido que tenemos comprado y la esencia para el olor.
Seguir moviendolo todo hasta que vaya espesandose. Es bueno en esta parte que nos echen una mano las amigas, porque se puede tardar una hora apróximadamente en conseguir que el jabón enfríe y todo este tiempo no se puede dejar de remover la masa.
Nada más hayamos conseguido que espese al enfriar, lo echaremos en un recipiente más bien plano y que aguante el calor que aún le queda a la masa. Del grueso que dejemos la masa, será el jabón posteriormente, por eso es aconsejable no dejarle muy alto, sino más bien planito.
En este molde lo dejaremos reposar unos ocho días. Y cuando pasen, estará listo para cortarlo en trozos.
Para cortarlo, recuerdo que mi abuela tenía un trozo de alambre. En cada extremos tenía un palo atado, del tamaño de la mano. Ponía el alambre por debajo de la masa y al tirar, se cortaba en trozos con facilidad. Se van haciendo trozos largos y luego se cortan en cuadrados o según lo que cada una queramos.
Cuando lo hagais, nos dejais un mensaje diciendo qué tal os ha salido. Espero que lo disfrutéis.
Repito las gracias a Auri, Rosa Mari y Elena.